La oftalmología es una especialidad que elegí, por lo minucioso y perfecto uso de las manos en cada detalle de las diferentes estructuras en las cirugías oculares; Y por que la frase de mi padre siempre fue: ” Si puedes ayudar a alguien hazlo”.

Provengo de una familia de gran calidad humana y enfocada en el área de la medicina, por lo tanto, una familia sanadora.

Mi abuelo que en paz descanse. Edmundo Vargas era odontólogo, el único en Yungay. Mi padre, Raúl Vargas, un gran ser humano de corazón noble, pediatra y neurólogo; Mi tía Nelly Vargas una gran químico farmacéutico; Mi madre y tocaya Lyda Loayza una gran enfermera; Mi hermana, Maritza Vargas que actualmente es odontóloga. Así que la combinación Vargas Loayza es para mi un gran motor.

Así emprendí mi viaje como profesional en oftalmología, comencé mis primeros pasos en la  Universidad Nacional Federico Villarreal, Facultad de Medicina terminando con tercio superior, luego realice un internado en el Hospital Militar Central y asi segui mi recorrido trabajando y especializandome en lo que me apasiona, el ojo es como si fuera un cuerpo incluida la parte neurológica ( mi parte favorita), encontré fascinante saber poder operar un órgano tan pequeño a través de un microscopio y utilizar las pinzas con mis manos para de esta forma curar patologías del ojo presente.

A lo largo de mi camino como oftalmóloga me tope con diferentes tipos de pacientes y experiencias inolvidables que me ayudaron a formarme como profesional y como persona, estoy muy agradecida con todo lo que me ha ocurrido en la vida ya que me ha traído a donde estoy ahora, emprendiendo un centro oftalmológico enfocado en ayudar a personas con patologías oculares brindándoles la mejor atención, servicio, calidad y los mejores resultados para que puedan tener una vida plena.